EVANGELIO DE MATEO.

11.06.2013 16:23

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Mateo cap. 20: v 1 al v 16

Con relación a esto, sucede en el Reino de los Cielos lo mismo que pasó con un jefe de familia que salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña. Aceptaron el sueldo que les ofrecía (una moneda de plata al día), y los envió a la viña.
Salió después cerca de las nueve de la mañana, y se encontró en la plaza con otros que estaban desocupados. Y les dijo: <Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que corresponda.> Y fueron a trabajar.
El patrón salió otras dos veces, como al mediodía y como a las tres de la tarde, en busca de más trabajadores. Finalmente, salió a eso de las cinco de la tarde, y vio a otros que estaban sin hacer nada, y les dijo: <¿Por que pasan todo el día ociosos?> Contestaron ellos: <Porque nadie nos ha contratado.> Dijo el patrón: <Vayan también ustedes a mi viña.>
Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: <Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros. Se presentaron los que habían salido a trabajar a las cinco de la tarde, y a cada uno les dio un denario (una moneda de plata) Cuando finalmente llegaron los primeros, se imaginaron que iban a recibir más; pero recibieron un denario. Por eso, cuando se lo dijeron, empezaron a protestar contra el patrón.>
Decían: <Los últimos apenas trabajaron una hora y les pagaste igual que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor.> El patrón contestó a uno de ellos. <Amigo, no he hecho nada injusto. ¿No convinimos en un denario al día? Entonces toma lo que te corresponde y márchate. Me gusta dar al último tanto como a ti. ¿No tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿Por que ves con malos ojos que yo sea bueno?>
Así sucederá los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.
ENSAYO:
Estos versículos refuerzan lo anteriormente dicho, en los que vemos, que lo que nos corresponda como pago no depende de nuestros logros ni a las posiciones que cada quien crea tener, sino que algunos a los que se les ha anunciado primero la Palabra, la han puesto en práctica con enseñanzas y mandatos de hombre, y los últimos que la han recibido, han estado estudiándola, reflexionando y meditando en ella, por eso, los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.
Esto se ha dado, porque quienes tuvieron acceso a la doctrina de Jesús, la han manipulado de tal manera de acuerdo a pensamientos y propósitos de hombre, en los que han involucrado a millones de personas a creer como ellos lo han impuesto, por lo que estos se han ido quedando rezagados con respecto a aquellos que actualmente están volviendo los ojos al discernimiento de la Palabra de Jesús en su esencia espiritual, mismo que se irá alcanzando a través de su lectura, reflexión y meditación. Por eso los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.

Mateo cap. 20: v 17 al v 19

Jesús, al empezar el viaje para Jerusalén, tomó aparte a sus <Doce> apóstoles y les dijo en el camino: <Miren, vamos a Jerusalén. Allí el Hijo del Hombre debe ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la Ley, que lo condenarán a muerte. Lo entregarán a los paganos, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero él resucitará al tercer día.>
ENSAYO:
A través de estas reflexiones y meditaciones de la enseñanza que Jesús comparte al hombre, nos estamos acercando al momento en que, como Jesús, a pesar de las burlas contra nosotros que serán como bofetadas y azotes, permitamos crucificar nuestra condición tradicionalmente materialista, para que muramos a las ambiciones mundanas y pueda resucitar en nosotros el hombre espiritual hecho a la imagen y semejanza de Dios.

Mateo cap. 20: v 20 al v 28

Entonces la madre de Santiago y Juan se acercó con ellos a Jesús y se arrodilló para pedirle un favor. Jesús le dijo: <¿que quieres?> Y ella respondió: <Aquí tienes a mis dos hijos. Manda que, en tu reino, se siente uno a tu derecha y otro a tu izquierda.> Jesús contestó a los hermanos. <No saben lo que piden. ¿Pueden ustedes beber la copa que yo tengo que beber?> Ellos respondieron: <Podemos.> Jesús replicó: <Ustedes beberán mi copa, pero a mi no me corresponde concederles que se sienten a mi derecha y a mi izquierda. Eso será para quienes el Padre lo haya dispuesto.>
Al oír esto los otros diez, se enojaron con los dos hermanos. Pero Jesús los reunió y les dijo: <Ustedes saben que los jefes de las naciones se portan como dueños de ellas y que los poderosos las oprimen.
Entre ustedes no será así, al contrario, el que aspire a ser más que los demás, se hará servidor de ustedes. Y el que quiera ser el primero debe hacerse esclavo de los demás. A imitación del Hijo del Hombre, que no vino para que lo sirvieran, sino para servir y dar su vida como rescate de una muchedumbre.>
ENSAYO:
Tengamos mucho cuidado para no caer en la tentación, avalada por nuestra naturaleza humana, de querer tener una autoridad espiritual sobre los demás en el Nombre de Jesús, porque si preguntáramos ¿podemos hacerlo?, tenemos que recordar que él no vino para que lo sirvieran sino a servir a los demás, anunciándoles que el año de la gracia del Señor ya está aquí, y que quién así lo quiera podrá hacerla suya a través de obedecer la enseñanza que el Padre le encomendó transmitirnos, por lo que se deberá entender, que la misión de sus discípulos en esta vida es el de servir el pan de vida que es su cuerpo y el vino nuevo que es su sangre, los cuales no deberán ser adulterados de ninguna manera para que conserven su sabor y su pureza.
Así que debemos imitar al Hijo del hombre que no vino para que le sirvieran, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos, por lo que todo aquel que quiera recuperar la vista y regresar a la vida espiritual en comunión con Dios, invoque el Nombre de Jesús para pedírselo y le será concedido.

Mateo cap. 20: v 29 al v 34

Al salir ellos de Jericó, les iba siguiendo una multitud de gente. Dos ciegos estaban sentados a la orilla del camino y, cuando oyeron que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: <¡Señor, hijo de David, ten piedad de nosotros!> La gente les decía: <Cállense.> Ellos, por el contrario, gritaban más fuerte: <¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!>
Jesús se detuvo, los llamó y les preguntó: <¿Que quieren que yo haga por ustedes?> Ellos dijeron: <Señor, que se abran nuestros ojos.>
Jesús tuvo compasión y les tocó los ojos. Y al momento recobraron la vista y siguieron a Jesús.
ENSAYO:
Así como estos dos ciegos, muchos de nosotros nos encontramos sentados a la orilla del camino viviendo de acuerdo a nuestras tradiciones y costumbres conforme a enseñanzas y mandatos de hombre, pero cuando en verdad escuchamos a Jesús en nuestra mente, le decimos lo mismo que estos ciegos le dijeron a pesar de que habrá seguramente mucha gente que nos lo quiera impedir para seguir estando ciegos, ¡Queremos que se abran nuestro ojos a las cosas espirituales de Dios, y cuando él nos llame y escuche lo que queremos, Jesús tendrá compasión de nosotros y nos tocará los ojos espirituales a través de la reflexión y meditación en su enseñanza y por su amor y misericordia, recobraremos la vista espiritual que por mucho tiempo estuvo reprimida en nosotros por estar más atentos a tradiciones y deseos mundanos, mismos en los que hemos estado sumidos durante mucho tiempo.

 

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